El último informe estatal de calidad del aire 2024, elaborado por Ecologistas en Acción, ha puesto de manifiesto una realidad preocupante: dos tercios de la población española respiraron durante 2024 un aire contaminado por encima de los nuevos límites legales que deberán cumplirse antes de 2030, según la nueva Directiva de calidad del aire de la Unión Europea. En total, cerca de 31 millones de personas se han visto afectadas, lo que subraya la magnitud del problema y la necesidad de actuar con rapidez para garantizar un entorno urbano más saludable.
¿Qué revela el informe sobre la calidad del aire?
El estudio analiza datos procedentes de 790 estaciones oficiales de medición repartidas por todo el Estado y refleja un diagnóstico exhaustivo de la calidad del aire en España. Aunque el informe constata una ligera mejora respecto a los niveles de años anteriores, gracias en parte al aumento de las energías renovables y la reducción del uso de combustibles fósiles en la generación eléctrica, la calidad del aire sigue sin alcanzar los estándares necesarios para proteger la salud de la población.
Entre los principales contaminantes analizados destacan las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono troposférico (O3). El NO2, muy vinculado al tráfico motorizado, sigue siendo el contaminante que más afecta a las grandes áreas urbanas. De hecho, la mayoría de las ciudades españolas incumplieron ya en 2024 el nuevo límite legal de este contaminante, fijado para 2030. El ozono, por su parte, se mantiene como el contaminante más extendido en el territorio, muy relacionado con las olas de calor y el cambio climático.
Impacto de la mala calidad del aire en la salud y la economia.
La calidad del aire no es solo una cuestión ambiental: se trata de un problema de salud pública de primer orden. Según datos recogidos en el informe, hasta 30.000 muertes prematuras al año en España están vinculadas a enfermedades agravadas por la contaminación atmosférica, incluyendo 10.000 fallecimientos durante episodios de alta contaminación. Estas cifras, proporcionadas por la Agencia Europea de Medio Ambiente y el Instituto de Salud Carlos III, reflejan el coste humano de no actuar frente a la contaminación.
El impacto económico también es considerable. El Banco Mundial estima que la mala calidad del aire supone un coste equivalente al 3,5 % del PIB español, debido a gastos sanitarios y pérdidas laborales. Esto pone de manifiesto que mejorar la calidad del aire no solo salvará vidas, sino que además contribuirá al bienestar económico del país.
Cambio climático y calidad del aire: un binomio inseparable.
El informe destaca el papel del cambio climático como factor que agrava los episodios de contaminación. En 2024, el tercer año más cálido desde que existen registros, se registraron numerosos episodios de mala calidad del aire vinculados a olas de calor y fenómenos meteorológicos extremos. Este contexto haceaún más urgente abordar de forma conjunta las políticas de calidad del aire y las de mitigación y adaptación al cambio climático.
Qué medidas son necesarias para mejorar la calidad del aire
Desde Clean Cities apoyamos las conclusiones del informe y reiteramos la necesidad de avanzar en medidas que reduzcan de forma eficaz las emisiones contaminantes en las ciudades. La única forma de mejorar de manera sostenida la calidad del aire es reducir el tráfico motorizado, promover la movilidad activa (como el caminar y la bicicleta) y reforzar el transporte público eléctrico.
Otras medidas necesarias incluyen:
- La implantación de zonas de bajas emisiones eficaces en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes.
- El desarrollo de planes de calidad del aire y protocolos de actuación frente a episodios de contaminación.
- La mejora de la información a la ciudadanía, garantizando su derecho a conocer el estado de la calidad del aire que respira.
- El impulso de un urbanismo que recupere el espacio público para las personas y no para los vehículos contaminantes.
La nueva Directiva europea de calidad del aire, aprobada en 2024, es una gran oportunidad para obligar a gobiernos y comunidades autónomas a implementar medidas ambiciosas sin más demoras. En este contexto, desde Clean Cities instamos a las administraciones a actuar de inmediato para cumplir los nuevos límites legales y garantizar un aire limpio para todas las personas.
El papel de la ciudadanía en la defensa de la calidad del aire
La ciudadanía desempeña un papel clave en la mejora de la calidad del aire. A través de sus decisiones de movilidad, su participación en procesos de planificación urbana y su apoyo a políticas públicas valientes, todas las personas pueden contribuir a construir ciudades más saludables y sostenibles. Por ello, desde Clean Cities invitamos a organizaciones, ayuntamientos e instituciones a sumarse a nuestros esfuerzos para transformar las ciudades en entornos más habitables, donde la calidad del aire y la salud estén en el centro de las decisiones.
Consulta el informe completo aquí.