Este 8 de octubre, el Congreso de los Diputados ha aprobado la Ley de Movilidad Sostenible, una norma largamente esperada tras más de tres años de tramitación. Desde Clean Cities España, valoramos este avance como un paso necesario para dotar al país de un marco legal que sitúe el derecho a la movilidad en el centro de las políticas públicas y oriente el sistema de transporte hacia la sostenibilidad, la equidad y la eficiencia.
Aunque el texto aún debe pasar por el Senado, esta aprobación marca un hito para muchas organizaciones sociales, ecologistas, sindicales, de consumidores, del ámbito de la salud y del clima —varias de ellas integrantes de Clean Cities— que han trabajado durante años por una ley que responda a las necesidades reales de las personas y del planeta.
Un nuevo marco con avances clave
Entre los principales elementos positivos del texto aprobado, destacamos:
- El reconocimiento de la movilidad como un derecho, reforzando la idea de que desplazarse libremente y de forma sostenible debe estar garantizado para todas las personas.
- La obligación de que las políticas públicas de movilidad respondan al interés general, poniendo por delante la accesibilidad, la equidad y la sostenibilidad.
- El objetivo de neutralidad climática del sistema de transporte en 2050, con una hoja de ruta para avanzar en esa dirección.
- La incorporación de principios como la eficiencia energética, la multimodalidad, la inclusión, la innovación y la transparencia en la planificación y gestión del sistema de transporte.
- El establecimiento de una Estrategia Estatal contra la Pobreza de Transporte, un compromiso importante para reducir las desigualdades en el acceso a la movilidad.
Además, se introducen medidas concretas como la obligación de las empresas con más de 200 trabajadores de elaborar planes de movilidad sostenible al trabajo, y el compromiso de revisión del sistema de etiquetas ambientales de la DGT, para tener en cuenta criterios más rigurosos en materia de emisiones.
Una oportunidad para acelerar los cambios necesarios
Desde Clean Cities consideramos que esta ley puede ser un instrumento útil para impulsar políticas que prioricen el transporte público, la movilidad activa y la reducción del uso de vehículos contaminantes, especialmente en las ciudades, donde se concentra la mayor parte de los desplazamientos diarios.
Si se aplica con ambición y coherencia, esta ley puede reforzar el despliegue de medidas ya recogidas en otras normativas, como las Zonas de Bajas Emisiones y los compromisos derivados de los fondos europeos de recuperación.
Confiamos en que la tramitación en el Senado sirva para consolidar estos avances y mejorar aquellos aspectos que puedan reforzar su aplicación efectiva. El objetivo debe ser claro: construir un sistema de movilidad que responda al reto climático, mejore la salud de la ciudadanía y garantice el derecho a moverse de forma segura, limpia y accesible.