Desde Clean Cities Spain continuamos con las entrevistas a activistas por la movilidad sostenible, personas que solían hacer uso del coche a diario y que a día de hoy son defensores activos de la movilidad sostenible. Hoy Carmen Duce de Clean Cities Spain entrevista al al activista por la movilidad sostenible Sergio González Alfaro miembro de la Asociación de Ciclismo Urbano de Albacete CURBA 

Cuéntame sobre tu papel actual como activista por la movilidad sostenible: ¿a qué te dedicas? ¿Cuándo empezó? ¿Cuál es el objetivo principal de su campaña? ¿Cuántas personas están involucradas en su campaña? ¿Qué actividades haces?

Soy miembro activo de la organización de ciclistas urbanos de mi ciudad (CURBA) y también participé en la traducción de ‘#ReclaimTheCity| Guía para la ciudadanía con 40 ideas para la recuperación urbana’.

La CURBA defiende el uso de la bicicleta en Albacete y mantiene reuniones periódicas con el Ayuntamiento, organiza actividades como la ‘biciescuela’ en la que enseñamos a peques y mayores a montar en bicicleta de forma segura o paseos en bicicleta por la ciudad para hacernos ver y participamos en el proyecto “Cycling with Clean Air” en el que medimos la calidad del aire mientras pedaleamos, midiendo partículas en suspensión. Los resultados se pueden ver en esta página web.

La iniciativa #ReclaimTheCity comenzó cuando un grupo de ciudadanos se unió para hacer ciudades más amigables y orientadas a las personas. Después de publicar y traducir la primera versión de la guía, sigo trabajando en el proyecto publicando algunos artículos en un boletín sobre urbanismo.

Cuénteme sobre su vida «antes» cuando usaba un automóvil. ¿Por qué usaba un automóvil? ¿Lo usaste para el trabajo/para llevar a los niños a la escuela? ¿Todos los días? ¿Cómo te sentiste cuando estabas en el auto? ¿Fue divertido o agradable conducir todos los días?

Como la mayoría de la gente en España, tengo coche y lo usaba a diario. Vivo en una pequeña ciudad orientada a los automóviles donde la gente conduce a todas partes sin importar la distancia ni el tiempo que lleva, e inconscientemente asumí que era un estilo de vida aceptable.

Lo usé a diario para ir a la universidad donde estoy haciendo un doctorado. Tenía que cruzar toda la ciudad para ir al laboratorio y obviamente necesitaba mi coche para hacer eso -o eso pensaba-.

Cómo vivía (y sigo viviendo) en una ciudad orientada a los automóviles, era agradable conducir. Cuando todo está diseñado para que la experiencia de conducción sea lo más rápida, cómoda y fácil posible, es casi imposible no disfrutar mientras se conduce. Me di cuenta de que podía cruzar la ciudad en menos de 10-15 minutos. Después de ser usuario del transporte público durante algunos años me di cuenta de que estaba ahorrando tiempo y me sentí libre ya que no dependía del horario de los autobuses para moverme por la ciudad.

¿Qué te hizo cambiar de opinión acerca de usar un automóvil todo el tiempo y optar por la movilidad sostenible?

Hubo muchas cosas que me hicieron cambiar de opinión. Uno de mis colegas siempre iba en bicicleta al trabajo y nos dijo que deberíamos unirnos a él. Incluso las personas adictas a los automóviles saben que andar en bicicleta es una alternativa mucho mejor que conducir, pero en lugar de admitir el hecho de que no debería usar ese automóvil con tanta frecuencia, buscaba excusas terribles. ‘Hace demasiado frío’, ‘No estoy lo suficientemente en forma’, ‘No quiero que me roben la bicicleta’… que eran una tapadera horrible para ‘No quiero renunciar a mi privilegio de coche y mi comodidad para poder adoptar un estilo de vida más sostenible’. Nos estaba demostrando que el ciclismo es una alternativa adecuada, pero yo no quería creerlo.

No ganaba nada porque no tengo beca y conseguí una, lo que significaba que ganaría 400 € durante cuatro meses. Después de quejarme de la pequeña cantidad, mi jefe me dijo: «Bueno, al menos podrás pagar la gasolina». Esa frase me hizo darme cuenta de que estaba ganando dinero solo para poder conducir al trabajo. Algo hizo clic en mi cabeza y decidí recuperar mi vieja bicicleta.

Una vez que comencé a usarla, no quise volver a usar mi coche. Estaba ahorrando dinero; estaba haciendo deporte; estaba ahorrando incluso más tiempo que con mi coche, y me sentía mejor cuando montaba en bicicleta.

¿Cuáles son los mayores desafíos para persuadir a otras personas para que cambien su comportamiento?

Cuando era estudiante mi profesor de nutrición nos decía: ‘Es más fácil cambiar la religión de otra persona que cambiar sus hábitos’. Como decía antes, cuando quieres justificar el uso irracional del coche solo encuentras las excusas para hacerlo. Además de eso, los usuarios de automóviles suelen tener la sensación de que «necesitan el automóvil», que es lo que lo convierte en un verdadero desafío.

Los usuarios de automóviles no dejarán de usarlo hasta que se den cuenta de que en realidad no lo necesitan, y no se darán cuenta hasta que dejen de usarlo. Es por eso que generalmente necesitamos ayuda externa para disminuir el uso del automóvil. Lamentablemente, la mejor ayuda para deshacerse de los automóviles proviene de los políticos. Ellos son los que pueden rediseñar nuestras ciudades con un urbanismo orientado a las personas, desincentivando el uso del coche. Cuando usar un automóvil se convierta en una actividad indeseable, dejaremos de usarlo y comenzaremos a elegir alternativas sostenibles.

¿Cómo es tu vida ahora que no usas coche, respecto a antes?

Todo se ha vuelto más fácil. Problemas como: encontrar sitio para aparcar, pagar gasolina, mantenimiento, etc. han desaparecido y eso ha simplificado mi forma de vivir. He perdido casi 10 kg desde febrero y me siento más saludable.

Dejar mi privilegio como usuario de automóvil me ha hecho más empático y comencé a entender problemas de otros colectivos como las personas con problemas de movilidad que se ven obligadas a vivir en ciudades hostiles que están pensadas para automóviles y no para personas.

La bicicleta en las ciudades orientadas al coche también ha sido una revelación para darnos cuenta de cómo los coches son los protagonistas de los municipios y cómo eso afecta a otros medios de transporte. Algunas personas tienen miedo a ir en bicicleta debido a los automóviles, los niños no pueden jugar en la calle debido a los automóviles, los autobuses se atascan en el tráfico y los peatones están sometidos a la dictadura del automóvil.

¿Cuál es su visión del futuro para la movilidad sostenible?

Odio decir que no soy muy optimista. Por lo que he presenciado, la sociedad no está dispuesta a cambiar sus hábitos y los políticos están demasiado asustados para catalizar el cambio de movilidad que necesitamos. Por eso creo que tenemos que participar en acciones como #RecoverTheCity y empezar a hacer lo que los políticos no hacen.