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Se celebra el Día sin Coches con amenazas de vuelta atrás.

septiembre 22, 2023

Tras más de dos décadas de celebración del Día sin Coches, las organizaciones sociales y ecologistas reiteran el peligro que supone para la salud humana la contaminación del aire, que mata a 300.000 personas en Europa cada año.

La campaña Clean Cities Spain, de la que forma parte Ecologistas en Acción, ConBici, Ecodes, ISGlobal y Salud por Derecho, denuncia que la marcha atrás en algunas medidas de movilidad en municipios españoles, puede suponer un retroceso con consecuencias a la salud y al medioambiente.

La salud por delante: ni retrocesos ni incumplimentos de la Ley

Desde hace 21 años se celebrara la Semana Europea de la Movilidad, cuyo día culminante es el 22 de septiembre, el Día sin Coches. En estas dos décadas, se han dado algunos avances con mucho empuje de las organizaciones sociales, ecologistas, ciclistas y vecinales, que en casi todas las ciudades comenzaban el curso con las actividades de la semana de la movilidad.

Clean Cities Spain se une a la celebración de Día sin Coches para reclamar que la transformación de la movilidad debe estar en el centro de todas las agendas políticas. Solo en Europa, la contaminación del aire mata a 300.000 personas cada año. Garantizar la salud con una calidad de aire óptima tiene que ser una prioridad con la promoción y mejora del transporte público y la bicicleta, ejes fundamentales para que la ciudadanía se desplace.

“Casi toda la población española respira aire contaminado y eso tiene un impacto directo en nuestra salud, dando lugar a enfermedades como el asma, infecciones pulmonares, cánceres o problemas en los embarazos. Un problema de estas dimensiones necesita una reacción urgente y los gobiernos locales tienen una enorme responsabilidad. No podemos permitirnos pasos atrás como los que estamos viendo”, asegura Irene Bernal, Responsable de Incidencia Política de Salud por Derecho.

Espacios para respirar

Según las organizaciones, la aprobación de la Ley de Cambio Climático en 2021, aunque tardía, ha sido un gran avance para impulsar de forma legal medidas que favorecen el cambio modal, con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y gases contaminantes, a la atmósfera.

Ante las dudas de cómo debía aplicarse la ley, se publicaron multitud de guías y directrices, y, finalmente, en diciembre de 2022, el Real Decreto de Zonas de Bajas Emisiones ZBE, que indica, negro sobre blanco, los requisitos mínimos que deben cumplir estas zonas.

Cristian Quílez, responsable de políticas de transporte y movilidad de Ecodes afirma que “Los efectos del cambio climático rugen con fuerza. La salud debería de centrar las acciones de nuestros representantes políticos y su protección no es una cuestión de ideología. Transformar la movilidad no es una opción, es una necesidad y la ambición de las normativas europeas que regulan las emisiones contaminantes de los vehículos debe garantizarse. Nuestros legisladores tienen que replantearse regímenes sancionadores contra los incumplimientos de los ayuntamientos”.

Además, y para que la falta de presupuesto no fuera una excusa, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana abrió dos convocatorias de ayudas a municipios, a través de las que se han distribuido 1.500 millones de euros para poner en marcha ZBE y medidas para reducir el tráfico y cambio modal (1).

Laura Vergara Román, Gerente de ConBici afirma que «Ante las regresiones esperamos no solo el reintegro íntegro de los fondos europeos asignados ante el incumplimiento de los objetivos, sino la reforma del Real Decreto 1052/2022, por el que se regulan las zonas de bajas emisiones para establecer en su artículo 15 o en un nuevo artículo un régimen sancionador para los ayuntamientos que incumplen las normas para el establecimiento de las Zonas de Bajas Emisiones, así como un régimen de incentivos para aquellos municipios que cumplan los objetivos e implementen medidas eficaces. Como ya indicamos en nuestras alegaciones al texto no es proporcional que el régimen establecido en este decreto tras la reforma de la Ley de Tráfico solo se pueda aplicar a la ciudadanía.”

Falta de implementación de las Zonas de Bajas Emisiones

A pesar de ello, solo unas pocas ciudades cumplieron con la Ley de Cambio Climático, que indicaba que, antes de 2023, deberían tener establecidas sus ZBE. La convocatoria electoral de 2023 parece que supuso un nuevo freno a algunas corporaciones municipales que no terminaban de ver claro cómo actuar, así como algunas sentencias judiciales que parecían más encaminadas a entorpecer la mejora de la calidad de vida en las ciudades que a facilitarla.

Tras el cambio, en muchos ayuntamientos se han producido algunas declaraciones por parte de responsables municipales, pretendiendo eludir o retrasar la responsabilidad de luchar contra el cambio climático (abrir aún más “las puertas del infierno”, como dijo ayer Antonio Guterres, secretario general de la ONU), y desprotegiendo a la población. La salud y la vida de las personas debe ser la máxima prioridad de la acción política. No olvidemos que en España casi 30.000 personas fallecen de forma prematura por causas relacionadas con la contaminación atmosférica. El retraso en hacer efectiva la ZBE en Badalona, por ejemplo, podría suponer el fallecimiento prematuro de 660 personas, 220 por cada año que se retrase. No debería jugarse con la calidad del aire que respiramos, con la vida.

Carmen Duce, co-coordinadora de movilidad y transporte de Ecologistas en Acción, concluye señalando que “el uso y abuso del coche privado en las ciudades es un privilegio por parte de una minoría, la mayoría de los trayectos en nuestras ciudades, que son ciudades compactas, ya se hacen caminando, o en una combinación de movilidad a pie y transporte público, y eso es lo que debería favorecerse de forma prioritaria, la movilidad activa y el transporte público de calidad”

Desde IS Global la Coordinadora de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud, Carolyn Daher, señala que “los entornos urbanos tienen un impacto muy importante en nuestra salud y bienestar. Tenemos muchas estrategias y maneras para mejorar la calidad de vida, mejorando nuestros modelos de movilidad en la ciudad, y promoviendo la movilidad activa y sostenible. Si logramos ser más contundentes y poner en marcha más medidas para promocionar la movilidad sostenible y activa, podemos disfrutar de muchos beneficios en salud, sobre todo las poblaciones más vulnerables, y también, al mismo tiempo, para el medio ambiente.”

Por último Mark Nieuwenhuijsen, Profesor de Investigación y Director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de Is Global afirma que “Nuestras ciudades, dominadas por el coche, son perjudiciales para la salud y provocan demasiadas visitas médicas y hospitalizaciones. Mientras que las ciudades sin coches pueden promover la salud mediante más actividad física y menos contaminación atmosférica, reduciendo así la carga para los médicos generales y los hospitales.”

Para vuestra consulta os dejamos la Tabla con las subvenciones concedidas en la primera y la segunda convocatoria por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a los diferentes municipios para la puesta en marcha de las ZBE cuyo incumplimiento implicaría la devolución de los fondos.